miércoles

Nuevos referentes femeninos en Encanto

Os voy a hablar de la película "Encanto".

Soy una enamorada de Pixar y del nuevo Disney (me cuesta ya distinguirlos desde Frozen) y estoy completamente enamorada de su última película, para sufrimiento de los que más me conocen... 😅

Además de ser una explosión de color y un monumento a la cultura colombiana, me parece una maravilla que pongan a disposición de la infancia referentes de calidad como el Realismo Mágico de su literatura y personajes femeninos que son oro puro y que poco o nada tienen que ver con las clásicas princesas ñoñas y lerdas a las que Disney nos tenía acostumbradas años atrás y que nos hemos tragado dobladas durante generaciones...

Por cierto, hablando de Disney y su importancia en la infancia, os recomiendo mucho el taller gratuito que ofrece en Instagram @VaDeCuentos sobre violencia de género en películas Disney, pero aquí quiero hablar de otras cosas que tienen mucho que ver con lo que se espera de nosotras y cómo se puede y se debe romper con todo eso. El poder nocivo de las etiquetas y la importancia del autocuidado, entre otros.

También quería destacar que me parece un gran acierto tanto desplazar el mito del amor romántico del eje de las películas, cosa que ya se viene haciendo desde hace tiempo, como el presentar personajes más alejados del estereotipo de princesa esbelta, bella y perfecta. 

Comentar que la película pasa ampliamente el test de Bechdel/Wallace.

A partir de aquí va a estar repletito de spoilers, avisado queda.

Si no habéis visto la película, os animo a hacerlo.

¿Ya? Si estás leyendo esto es que ya has visto la peli o te da igual que te destripe tramas del argumento, así que sigo sin remordimientos...

Comienzo con mi visión de algunos de los personajes.

Mirabel es una chica que, teniendo un cuerpo normativo, no es tan esbelta como otras, lleva el pelo corto, sus cejas son pobladas y lleva gafas. Parecen detalles que tampoco son muy importantes, pero lo son, y mucho, a la hora de que las niñas puedan verse o no reflejadas y validadas en los personajes de su infancia. 

Empezaré tratando la importancia de la presión familiar, social y la autoexigencia. El dolor que provoca decepcionar, no estar a la altura de lo que se espera de nosotras, no encajar en nuestra etiqueta... También hay un personaje masculino que sufre esta presión de manera brutal, pero como no se habla de Bruno, me lo salto... (Guiño, guiño). Pobre..., me parece un personaje adorable y el que recibe el trato más injusto de todos. además no se le pide perdón como se debería, pero me voy a centrar en los personajes femeninos.

Mirabel es la única de la estirpe que supuestamente (porque no es verdad y se ve desde el principio) no tiene ningún don. Siente el rechazo de su abuela, que la trata como un ser inferior.

El de la protagonista, me parece uno de los personajes mejor construidos que he visto en mucho tiempo en una película infantil: es honesta y no esconde lo que siente y lo que es y está llena de matices.

Ya hablé en este post de Instagram de cómo relaciono su trama con algunos sentimientos que genera la infertilidad y qué es en realidad la envidia (os dejo enlace por si os interesa), pero aquí trataré otros aspectos.

Hay a quien le ha chocado la complejidad del personaje ya que Disney nos tiene acostumbrados a figuras femeninas idealizadas, personajes planos cumpliendo la etiqueta de la perfección y con buenos sentimientos en todo momento, pero Mirabel es probablemente el personaje más humano.

No llega a ser quien debería por más que se esfuerce y en su mediocridad y aceptación radica su valía, ya que no somos especiales por encajar más o mejor en la etiqueta que se nos ha impuesto, sino en ser quienes en realidad queramos ser. En la autenticidad y la honestidad radica la autoestima y el paso hacia la felicidad. 

Además también tiene la capacidad de ver eso mismo en los demás y darles el empuje necesario para empoderarse y llevarlo a cabo sin culpabilidad ni presiones.

Ése es su poder, liberar a toda su familia del yugo de la autoexigencia y la presión familiar y social y ser la nueva guía (aparte de ser, junto con la abuela, la única capaz de hablar e interactuar con Casita) velando por el bienestar de cada uno.

Por otra parte, tenemos a otros personajes femeninos asfixiados por tratar de cumplir las expectativas y no fallar o salirse de su etiqueta: Isabela, Luisa, Pepa y hasta Alma.

Isabela representa el paradigma de la feminidad más arcaica y convencional: bella, armoniosa, dulce, amable, perfecta y un largo etcétera... Crecen las flores a su paso (literalmente) y es etérea, grácil y delicada.

Se espera de ella que sea una buena esposa, madre de familia numerosa y no dé problemas. Y es el destino perfecto con el que parece estar de acuerdo, hasta que descubre que puede salirse del rol, mancharse, despeinarse y dejarse llevar. No hace falta que siga escondiendo lo que realmente no quiere ser bajo capas y capas de rosas, jacarandas y flores de mayo. 

Isabela no se permite sentir, ni soñar con el futuro que espera. Ya le han elegido marido y hasta está decidida la descendencia que debe tener, que, además, es una necesidad y una presión para continuar con otra generación de dones. No se avanza más en la película porque, por suerte, ese compromiso se rompe, pero en el caso de que no pudieran tener hijos qué pasaría... Toda la #Infertilpandy sabe la respuesta... Todas las miradas apuntarían hacia ella como si no existiera el factor masculino y se tomaría como su fracaso.

Pero en la película, como digo, no va más allá, aunque cuando su prima comenta que esperan de ella que tenga cinco hijos, su cara no es de desear ese destino precisamente, al menos no en ese momento o con esa pareja.

Cada vez que la situación le sobrepasa y pierde el control se manifiesta su verdadero sentimiento a modo de rechazo hacia Mariano, que no para de recibir golpes florales.

Incluso cuando Dolores habla con Mariano sobre comenzar una relación y él directamente habla de boda, ella le para los pies diciendo que "tranqui", acabando ya con la tontería de Disney de bodas sin conocerse que ya se inició en Brave y Frozen, además ella resalta de él que cuida a su madre y valores que le gustan más allá del físico. Aunque su personaje sí tenga un final con desenlace romántico (que por suerte no suele ser el argumento principal de la película).

Hay pasitos en los que se ve que la mujer por primera vez es parte activa de la decisión de comenzar una vida en pareja. Valora, piensa y decide, dejando tiempo para conocerse.

Isabela está cansada de tener que vivir una vida medida al milímetro y agradar a todos y decide aprovechar su recién conocida libertad para renunciar al matrimonio concertado e improvisar para, por fin, conocerse a sí misma sin miedo. Revelando que la profecía no incluía un matrimonio en ese destino gentil que haría madurar sus dones, sino el autodescubrimiento.

Remarcar que las etiquetas, incluso las positivas son un caramelo envenenado y aquí se ve muy claro.

Si tu entorno más cercano te otorga una, que son (a ojos de los niños) los que más saben del mundo y te conocen a la perfección, creces creyendo que es verdad absoluta (efecto Pigmalion o de Profecía autocumplida) y luego, al crecer, el salirte del rol asignado puede crear inseguridad, frustración y hasta problemas de identidad. Aparte de rechazo en el entorno porque "tú no eres así"...

Luisa e Isabela son perfectas en sus respectivas etiquetas, pero sienten la presión de tener que ejercerlas constantemente, en todo momento, sin descanso. 

Un paso más allá en las representaciones físicas femeninas, que ya vemos en Mirabel, está Luisa, una muchacha musculosa, que aunque presenta silueta de reloj de arena, no responde a los cánones físicos de feminidad tradicionales. Tampoco cae en el estereotipo contrario, porque a pesar de ser corpulenta, físicamente fuerte y grande, también es femenina, dulce y emocionalmente vulnerable.

Me parece muy necesario que presenten un abanico cada vez más amplio de referentes y se integren valores positivos y de importancia en estos personajes, ya que hasta ahora los personajes con cuerpos menos normativos tenían papeles de villano o de secundario cómico.

Luisa vive con el temor de petar en cualquier momento, ya que ni se le permite, ni ella misma se permite, un momento para el descanso y el autocuidado y sentir que flaquean sus fuerzas la hace sentir que todo lo que es se puede desmoronar en cualquier momento y quedaría en nada si defrauda a todos, que no paran de asignarle tareas que muchas veces podrían hacer ellos, pero ella no puede decir que no, no sabe hacerlo.

No es capaz de reconocer que está agotada y flaquean sus fuerzas y de nuevo lo trata de ocultar, pero "en lo profundo" no todo es tan estable como parece y un tic saca a relucir su inquietud y su miedo.

(Su número musical y su coreografía son mis favoritos! Y me llena de orgullo que sea el personaje favorito de mis hijas.)

En el número final por fin se la ve descansando por primera vez en toda la película.

Pepa es el personaje que mejor refleja esa idea de no permitirse aflorar las emociones.

Es pura inestabilidad emocional porque no se permite sentir y está contenida constantemente para no provocar las lluvias y huracanes que se esconden en su interior. 

Está también agotada por no conseguir reflejar un buen tiempo constante del agrado de su madre y se lo hace saber. 

En esa liberación del final la vemos disfrutar bailando bajo la lluvia por fin.

Finalmente tenemos el personaje de la abuela Alma, tan obsesionada por la perfección que no deja realizar ningún movimiento a ningún miembro de la familia sin su consentimiento y control. Es la mirada ajusticiadora que hace sentir a su familia que no dan la talla ni nunca son suficiente.

Pero ella misma se prohíbe fallar y nunca reconoce debilidad en la familia que encabeza. Enmascara, tapa y oculta cualquier grieta que se aleje de la imagen de fortaleza que pretende mostrar, arrasando con todo y sin importarle nada, incluso destruyendo lo que supuestamente protege.

El don le viene impuesto y siente que debe hacerse merecedora de él ante la comunidad. Lleva el timón con pulso firme y es tan fría y dura como el símbolo de la mariposa que la une a Casita, que lleva en su cinturón y es de metal.

Sin embargo, aunque comparte símbolo con Mirabel, quién será su relevo, en ella, al carecer de expectativas en su entorno por ya tener todos asumidos que carece de don, se siente libre para hacerse a sí misma y la mariposa, que ella ha bordado, a diferencia de la de su abuela es suave y maleable.

Fue precisamente dejar de confiar en su familia lo que hace tambalear los cimientos del Encanto y Mirabel será la encargada de mirar más allá y traspasar los escudos y corazas para poder ver a cada cual como es.

El tema de la costura y el bordado me parece también un detalle importante por ser ella la encargada de coser los retales de la familia para por fin conseguir recomponerla y darle valor al poder de la colaboración más que de los dones individuales.

Pone el foco al sentimiento de pertenencia, tan necesario para sentirnos parte de nuestra sociedad. Incluso tiene cabida en este segundo renacimiento el resto de la comunidad, ya que son esenciales para poner en pie de nuevo la casa Madrigal.

Para finalizar, comentar que el símbolo de la casa cambia de la fragilidad de la llama de la vela a la rotundidad del pomo, siendo este nuevo comienzo más fuerte y menos exigente para cada uno de sus miembros.

Y así se deja ver en la puerta mágica de Mirabel, que será la propia puerta de entrada de la casa. Ella es protectora del resto de la familia colocándose al frente de todos.

Me parece muy importante ofrecer a los más pequeños referentes de calidad que rompan con mensajes tóxicos, que perpetúen la violencia sobre las mujeres (remito de nuevo al curso que comenté al principio) y que nos encorseten como meras marionetas a merced del mito del amor romántico.

Estaré encantada de recibir vuestros comentarios a favor o en contra de todo lo que aquí expongo, tanto por aquí como en mis redes sociales.

Todas las imágenes son promocionales de la película y propiedad de Disney.

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